El autoconsumo de energía solar fotovoltaica ya es una realidad en muchos hogares europeos.

A pesar de que todavía no ha alcanzado su punto máximo de expansión, su impacto en la red eléctrica se hace notar.

Sobre todo, cuando analizamos el porcentaje de hogares que no solo apuestan por el autoconsumo, sino que además incluyen un sistema de almacenamiento energético para suplir los consumos nocturnos y ahorrar en la factura de luz.

La incorporación de baterías de almacenamiento con tecnología LFP es actualmente la solución más recomendable para el sector residencial.

Tanto el consumidor que ya tiene instalado un sistema fotovoltaico como el que no, es consciente de los beneficios que implica el contar con baterías de almacenamiento energético en casa.

Las nuevas funcionalidades incorporadas a estos sistemas ya permiten un mayor control del almacenamiento energético.

Los algoritmos de carga y descarga horaria ofrecen la posibilidad de gestionar las cargas según la tarificación horaria de red; es decir, permiten cargar la batería durante el día o cuando el kWh es más barato y consumir energía de noche o compensar excedentes.

De esta forma, incorporar al sistema fotovoltaico instalado una batería de almacenamiento se vuelve una opción muy interesante para el consumidor de cara a obtener un gran ahorro económico.

Autoconsumo, baterías y fotovoltaica.

Qué batería instalar para el autoconsumo

Si bien es cierto que el consumidor está informado sobre los beneficios que le aporta una batería de almacenamiento energético, es el instalador quien, en la mayoría de los casos, acaba eligiendo el equipo a comprar.

lo primordial a tener en cuenta al elegir una batería de almacenamiento es, primero, evaluar la seguridad y prestaciones que incorpora;

Segundo, qué retorno de inversión ofrece;

Tercero, con qué garantía cuenta.

Y cuarto, qué características especiales posee y cuántos ciclos de carga tiene.

Hablando de seguridad, sin duda alguna, lo mejor es elegir baterías LFP (litio, ferro, fosfato), ya que esta modalidad de almacenamiento ofrece mejores prestaciones de estabilidad, mayor ciclado y un bajo ratio de pérdida de capacidad por temperatura.

Si comparamos las baterías LFP con otras tecnologías como la NMC (níquel, manganeso, cobalto), hemos de decir que estas últimas no ofrecen las mismas prestaciones de seguridad y estabilidad, dándose cada vez más casos de sobrecalentamiento que desenlazan en incendios.

Es por eso que, a pesar de que esta tecnología NMC es elegida por algunas renombradas marcas para la fabricación de sus baterías, no son tan atractivas para instalaciones domésticas.

Autoconsumo, baterías y fotovoltaica.